La ruieta es una práctica sexual que se ha popularizado en los últimos años. Consiste en una forma de juego erótico donde una persona se viste como animal y otra persona actúa como su ama o amo. Es una actividad que puede llevarse a cabo en la intimidad de la pareja o como parte de una comunidad de personas con intereses similares. La persona que se viste como animal adopta comportamientos y características del animal que representa. Puede utilizar máscaras, disfraces o incluso colas y orejas para crear una apariencia más realista. La parte dominante o amo/a asume el papel de cuidador o cuidadora y tiene el control de la situación. La ruieta puede ser una forma divertida de explorar la fantasía y experimentar con el poder y la sumisión de una manera segura y consensuada. Es importante establecer límites y tener una comunicación clara antes de comenzar cualquier tipo de juego de rol sexual. Ambas partes deben sentirse cómodas y seguras durante toda la experiencia. Existen diferentes tipos de ruieta, desde los más suaves y lúdicos hasta los más intensos y provocativos. Algunas personas prefieren actuar como animales domésticos, como cachorros o gatitos, mientras que otras pueden elegir representar animales salvajes como leones o tigres. La elección del animal y la forma en que se lleva a cabo la ruieta depende del gusto y las preferencias de cada persona involucrada. Es importante recordar que la ruieta es solo una forma de juego erótico y no debe ser confundida con abuso o maltrato animal. Todo debe ser consensuado y acordado entre las partes involucradas, y se deben establecer palabras de seguridad para detener la actividad si es necesario. Como con cualquier actividad sexual, es fundamental practicar la ruieta de manera segura y respetuosa. Esto implica establecer límites claros, comunicarse abiertamente y tener en cuenta la comodidad y el bienestar de todas las personas involucradas. En resumen, la ruieta es una práctica sexual que involucra el juego de roles de una persona vestida como animal y otra asumiendo el rol dominante. Es una actividad que puede ser emocionante y divertida si se practica de manera consensuada y segura. Como con cualquier actividad sexual, es importante comunicarse y establecer límites claros para garantizar la satisfacción y el bienestar de todos los participantes.